Recientemente, distintos portales internacionales de noticias publicaron la historia de un hacker argentino de 19 años que había sustraído 200 millones de dólares a un banco inglés. Ahora bien, al revés de lo que suele suceder en estos casos, el joven llamado Federico Jaime devolvió la totalidad del dinero. Es más, uno de los afectados recibió más de lo que había perdido porque logró conmover al hacker con sus palabras.
Según se cuenta en la plataforma web The Euler Story, donde se está desarrollando un libro online con esta historia, este episodio es uno de los hackeos más importantes de la historia. En total, el ataque a las redes del banco Euler Finance duró solo 18 minutos. Sin embargo, el proceso de negociación entre las partes, tras el cual el dinero fue restituido por completo, tomó 23 días.
Al finalizar este proceso, el joven reveló su identidad para incentivar la práctica de lo que se conoce como ethical hacking o hacking ético. Estas acciones se llevan adelante para dejar en evidencia los problemas que tiene un sistema de seguridad informática.
Hackers de sombrero blanco y de sombrero negro
En una entrevista reciente, Federico Jaime aseguró que no se considera como un hacker, sino como alguien que desde niño se ha interesado por la ciberseguridad. Con respecto a esto, el joven comenzó a jugar con sistemas informáticos a los 9 años y después desarrolló esta actividad como hobby. Para ello, ha seguido un camino autodidacta en el que ha realizado distintas lecturas, imitaciones y pruebas, cometiendo múltiples errores.
Además, según ha comentado, existe una diferencia tajante entre los llamados hackers de sombrero negro y los de sombrero blanco. Los primeros llevan a cabo acciones como, por ejemplo, robos de tarjetas de crédito o estafas a través de páginas web apócrifas para obtener claves de homebanking. También pueden enviar correos electrónicos con virus. Estas personas buscan un beneficio personal a través del daño que infligen a otros individuos o sociedades.
En cambio, los de sombrero blanco son aquellos que practican el hacking ético que tiene por propósito trabajar por el bien común. De hecho, el objetivo de estos agentes es adelantarse a los hackers de sombrero negro para advertir a las organizaciones de los problemas que podrían sufrir. También ayudan a personas que se han visto afectadas por distintos tipos de operaciones. Gracias al hacking ético, los sistemas informáticos son cada día más seguros.
El hackeo a Euler Finance
Según ha contado Federico Jaime, su interés por Euler Finance surgió por el estudio de la blockchain Ethereum. Al estudiar esta cadena de bloques, el hacker argentino se interesó por el aspecto de seguridad. Entonces, un amigo le facilitó una lista de distintos proyectos relevantes que estaban desarrollando contratos inteligentes en esta red.
Uno de ellos era el de la plataforma de préstamos Euler Finance. En particular, el joven se vio interesado por el sistema modular que contenían sus contratos. Una vez que indagó y logró comprender del todo esta característica, se vio atraído por la inclusión de una función para donar dinero de usuarios a un fondo común. Allí descubrió un error y, tras dos días de trabajo ininterrumpido, creó el programa con el que desarrolló la operación de hacking a esta entidad financiera.
Cuando el hackeo fue completado Federico Jaime se comunicó con los responsables de este fondo por blockchain y por correo electrónico. “Siempre fueron muy francos y cordiales”, aseguró el hacker argentino.
Federico Jaime y su futuro
Según él mismo ha dicho, el episodio con Euler Finance ha sido “el hackeo financiero más grande de la historia hecho por una persona”. Ahora bien, el joven ha comentado que antes de su operación esta empresa había sido revisada 6 veces por distintas compañías que habían aprobado su sistema de seguridad informática. Ninguna de estas empresas pudo detectar el error que encontró Federico. “No esperaba que se pudiera hacer hasta que se hizo, fue casi accidental”, aseguró.
Para conocer más sobre el caso del hacker argentino Federico Jaime, es posible ingresar a la plataforma web The Euler Story.